definición de la Rae

Desacato. (De desacatar). 1.m. Falta del debido respeto a los superiores. 2.m. Irreverencia para con las cosas sagradas.
La literatura o es desacato o no es nada (creo)

lunes, 8 de abril de 2013

Amor en euskera

Hay parejas que rubrican su amor comprándose un candado. Caminan hacia una ferretería y no salen de ella hasta haber dado con uno tan sólido y galvanizado como el cariño. Luego lo cierran en las barandillas de los puentes. Los amantes más románticos buscan puentes en alguna ciudad histórica, una ciudad con pedigrí, con puentes góticos sobre ríos procelosos y literarios. Los novios de extrarrardio se conforman con las más modestas pasarelas de las autopistas. Me los puedo imaginar al cabo del tiempo, cuando tengan que cruzar a la orilla y vean su candado oxidándose a la intemperie, cayendo en la cuenta de que al fin y al cabo es posible que no existan los amores eternos, que lo único eterno sea acaso la acción corrosiva del tiempo y el óxido.

Yo siempre preferí una concepción menos penitenciaria del amor. Su expresión más perfecta la encontré en una canción en euskera. Esa canción me la enseñó una amiga de Getaria. Viviamos en Londres y nos enseñábamos canciones. Esa canción era Txoria Txori, de Mikel Laboa. Recuerdo cierta ocasión, en Vera de Bidasoa, hace ya tiempo, en que acababa de bajar del monte, agotado, y  quería dormir. Pero en el salón del hostal había una boda, una boda con baile, con orquesta, como las de antes, lo que dificultaba mi propósito. Harto de ruido, me levanté y me puse los pantalones: se iban a enterar esos tipos de lo que era respetar la hora de la siesta. Según bajaba por las escaleras, acercándome al salón, el volumen de la música no hacía sino aumentar, y con él mi enfado. Con la mano en el picaporte, estaba decidido a pedirles que bajaran el volumen, por favor,  y lo que hiciera falta. Y entré. Justo en ese momento, todos los presentes se habían puesto en pie, y estaba cantando, cantaban esa canción: Txoria Txori. Fue sublime, brutal: 200 personas cantando a coro esa música triste, acerba como la lluvia en la cara. Cuando acabaron, yo estaba al borde de las lágrimas. Alguien puso en mis manos una copa de txacolí. Me uní a la fiesta. Ya no quería dormir. Era mejor bailar.
La letra de esa canción dice: "si le cortara las alas sería mío, ya no se escaparía. Pero entonces no sería un pájaro. Y lo que yo amo es el pájaro". Y ahora ya podéis escucharla. 

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